El Barru nuraghe entre Guasila y Guamaggiore

Situado sobre un relieve calcáreo desde el que domina la llanura inferior, dividida por la mitad entre los municipios de Guasila y Guamaggiore, en el centro sur de Cerdeña, el palacio nurágico de Barru defendía antaño el territorio circundante, hoy guarda la memoria de sus antiguos habitantes, relatando sus intrincadas vicisitudes durante las campañas de excavación.

El complejo fue construido en varias fases, en bloques cuadrados de marga caliza dispuestos en hileras regulares. Las excavaciones realizadas a lo largo del tiempo han sacado a la luz una estructura compleja, compuesta por una torre del homenaje central, orientada al norte, y dos torres dispuestas alrededor de un patio y conectadas por muros cortina.

La planta del torreón es elíptica, típica del proto-Nuraghe, por lo que es probable que la torre central represente el núcleo original y que las torres laterales y los muros se construyeran en épocas posteriores. El área investigada hasta ahora abarca tres mil metros cuadrados, pero el poblado era probablemente mucho mayor.

Probablemente a principios de la Edad del Hierro, la fortaleza asumió funciones religiosas: así lo atestiguaría el tipo de cerámica hallada en el pozo y el descubrimiento de un depósito con objetos de bronce y espadas votivas cuidadosamente almacenados y sellados.

En épocas posteriores, se desconoce cuál pudo ser su uso: no se han encontrado cantidades significativas de materiales ni hay rastros de destrucción del edificio, por lo que la hipótesis más plausible es que, por alguna oscura razón, fuera abandonado, destinado a quedar sepultado por los sedimentos durante milenios, antes de volver a la luz tres mil años después.

(del Ministerio de Cultura)

Las fotos del nuraghe Barru son de Sergio Melis

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