A mediados del siglo XII a.C., durante un período contemporáneo a la caída de Troya, la civilización nurágica alcanzó su apogeo en Cerdeña. Los proto-nuraghi o nuraghi de corredor, que datan del período de “bronce antiguo” (aproximadamente 1800/1650 a.C.), habían sido suplantados por estructuras de “monotorre” y luego por complejos nuraghi rodeados de poderosos bastiones que incluían patios internos y un número de torres que iban de dos a más torres. Dentro del muro perimetral del “tholos” central, cuya altura a veces alcanzaba los 25/30 metros, había generalmente una escalera de piedra que conducía al piso o pisos superiores. Hoy en día, hay más de ocho mil de estos monumentos, expresiones de una civilización única a nivel planetario y construidos con enormes bloques de piedra, aunque se estima que su número original era mucho mayor, y representan el patrimonio arqueológico más extenso y denso del mundo.
Es intuitivo imaginar el impacto visual en aquellos que llegaban a nuestra isla, quizás provenientes de otras regiones mediterráneas donde el tamaño de los edificios predominante era comparable al de una cabaña, al enfrentar a estos gigantes de piedra que debieron parecerse a proto-rascacielos elevándose desde las alturas y acantilados rocosos cerca de la costa o emergiendo de la densa vegetación que alguna vez caracterizó el paisaje sardo.
De estos extraordinarios monumentos, un poderoso ícono de identidad de nuestra isla, se discute en uno de los volúmenes de la serie “Sardegna Archeologica” (guía n.º 57 editada por Emerenziana Usai y Raimondo Zucca – editor Carlo Delfino, 2015), de donde se extraen los siguientes fragmentos:
“Giovanni Lilliu definió la ‘hermosa edad de los nuraghi’, el período más significativo y productivo de la civilización nurágica, atribuible a la Edad del Bronce Reciente y Final (siglos XIV-X a.C.), su fase III que ahora se asigna al lapso cronológico entre el Bronce Medio, Reciente y los comienzos de la Edad del Bronce Final (siglos XV-XII a.C.), en el cual esta extraordinaria experiencia constructiva de los sardos se desarrolló, durando tres o cuatro siglos, estructurando todo el territorio regional mediante la construcción de unos 7000 nuraghi y 800 tumbas gigantes. El ‘pueblo de los nuraghi’ desarrolló formas de control sobre el territorio sardo, de acuerdo con modelos en parte ya experimentados durante la Edad del Cobre y en la Edad del Bronce Temprano, pero fue innovador en el desarrollo de una arquitectura estándar – el nuraghe – que, avanzando a través de experimentos y fracasos, como es el caso de los nuraghi inacabados, logró elaborar, en formas no siempre evolutivas, los nuraghi de corredor y los nuraghi ‘tholos’ de tipo monotorre y múltiples torres, tanto en la forma ‘tancato’ con dos torres conectadas por cortinas a la torre original, como en las formas de los nuraghi ‘polilobati’ con una torre central que se eleva dentro de un bastión triangular con tres torres, cuadrangular con cuatro torres, poligonal con cinco o más torres. Los nuraghi también podían estar encerrados por un ‘antemurale’ con torres, que varían de seis, siete, ocho o más, constituyendo formas jerárquicas. Los nuraghi marcaron el territorio de una comunidad, en relación con una ‘colonización’ o antropización de áreas despejadas o mejoradas para cultivos, pastizales y otras actividades económicas. Caracterizaron fuertemente el territorio en el que se integraron, sirviendo como puntos de control, sistemas de comunicación visual, demarcación, hábitat y fortaleza. Fueron y son el elemento más característico de la civilización nurágica, una marca significativa que se convierte en símbolo. Las aldeas de la ‘hermosa edad de los nuraghi’ no son muy conocidas, aunque se documentan formas de asentamiento en cabañas circulares o elípticas, con base de piedra y elevadas en ladrillos crudos o igualmente en piedra, con techos de palma.” (puntos suspensivos) “La ‘hermosa edad de los nuraghi’ evoluciona a principios del 1er milenio a.C. en una cultura protosarda que, enriquecida por la interacción con las culturas mediterráneas con las que se relaciona, mira hacia atrás al pasado arquitectónico de los nuraghi y las tumbas gigantes, preservando signos de la transición, a veces reutilizando ambos, en otras ocasiones abandonándolos. Surgen aldeas a la sombra del nuraghe o en áreas de nuevo asentamiento sin nuraghi. El elemento catalizador es ahora el santuario (el templo de pozo, el templo ‘megaron’, la ‘rotunda’), cuya construcción data ya en varios casos del final del 2º milenio a.C. Los ‘edificios construidos (en Cerdeña) de la manera arcaica de los griegos’, según la frase del texto atribuido a Aristóteles ‘Sobre las cosas maravillosas’, son los nuraghi y otras arquitecturas nurágicas de la Edad del Bronce, que no tuvieron un bardo como Homero que narrara en verso la épica de los héroes aqueos en la Guerra de Troya o a lo largo de las peligrosas rutas de regreso a sus reinos en la tierra firme o en islas. Pero la historia de la ‘hermosa edad de los nuraghi’ es quizás reconocible en Sinis, en el lugar de Mont’e Prama, donde en 1974, al amanecer del nacimiento de la provincia de Oristano, comenzaron a descubrirse fragmentos de modelos de nuraghe y estatuas de piedra caliza que cuentan historias cuyo desciframiento ha ocupado a los arqueólogos durante cuatro décadas.”
Adjunto: El protonuraghe Bruncu Madugui en Gesturi (ph. Marco Cocco); el nuraghe de una sola torre Crabia en Bauladu (ph. Gianni Sirigu); el nuraghe tancato Sa Domu ‘e s’Orku en Sarrock (ph. Nuraviganne); los nuraghi polilobati Nuraddeo en Suni, Arrubiu en Orroli y S’Uraki en San Vero Milis, respectivamente en fotos de Andrea Mura-Nuragando Sardegna, Diversamente Sardi y Bibi Pinna; el pueblo nurágico de Serra Orrios en Dorgali (ph. Andrea Mura–Nuragando Sardegna); el templo de pozo de Irru en Nulvi (ph. ArcheoUri Vagando); el templo megaron Sa Domu ‘e Orgia en Esterzili (ph. Bibi Pinna); la rotunda ceremonial de Sa Sedda ‘e sos Carros en Oliena (ph. Lucia Corda); un modelo de un nuraghe y una estatua de Monte ‘e Prama en Cabras (ph. Nicola Castangia).