El nuraghe “Sa Jua” en Aidomaggiore evoca algunas consideraciones singulares. En la lengua sarda, “Sa jua” es la parte del cuello de los animales sobre la cual reposa “su ju” o “su juale” o “su juvale”, es decir, el yugo. Este dispositivo también indica el par de ganado al que se aplica. El que está compuesto por dos bueyes de raza Modicana sarda tradicionalmente lleva el carro de Sant’Efisio durante la festividad homónima. Los ancianos probablemente recordarán a “tziu Antoni”, quien crió un par doble de bueyes (uno como reserva del otro), asignados al transporte del santo. El más viejo “Su Ju” estaba compuesto por el par “Bollemu” y “Po Tui” (deseo vivir para verte siempre): nombres que resaltaban el afecto que unía a los dos animales. Los dos más jóvenes se llamaban “Mancai Provisi” y “Non ci Arrenescisi” para burlarse del hecho de que difícilmente estarían a la altura del par mayor. Aparte de estas curiosidades divertidas, “Su Ju”, en la antigua tradición sarda, tenía otro uso. En este sentido, Dolores Turchi escribe que para facilitar el paso a una vida mejor de personas que sufrían y morían, “el mayor remedio era considerado por todos, como afirma Angius, el yugo de un arado o de un carro. Esta herramienta debía tener un significado particular. Durante algunas de mis investigaciones realizadas hace varios años en numerosos pueblos, descubrí que casi todas las personas de cierta edad estaban al tanto de esta práctica. También especificaron que el yugo debía ser tratado con un respeto ‘religioso’ y que nunca debía ser quemado. Según algunos, la agonía prolongada se debía precisamente al hecho de que la persona moribunda había manchado su vida con el crimen de quemar un yugo.” Las fotos del nuraghe Sa Jua son de Gianni Sirigu, Nicola Castangia, Bibi Pinna, Marco Cocco y Sergio Melis.