Las tumbas «dolménicas» se caracterizan por la presencia de una estela de piedra curva de considerables dimensiones en el centro de la exedra.
Según una opinión muy extendida, la exedra y, más en general, la configuración planimétrica de estas tumbas podrían representar el útero materno (o, a la inversa, un protoma taurino), con un significado referido a la fertilidad y/o a la potencia sexual.
También es probable que ante estas tumbas se realizaran los llamados ritos de incubación.
Raffaele Pettazzoni (1883-1959), el mayor historiador italiano de las religiones, relataba a este respecto que, según Simplicio: «Los sardos acudían a las tumbas de los héroes para dormir largo tiempo y sin ser molestados, a semejanza de aquellos héroes que parecían dormidos y estaban muertos». La incubación tenía por objeto, pues, ahuyentar las apariciones terribles, las pesadillas, las visiones».
Las fotos de las tumbas de gigantes de Coddu Ecchju en Arzachena, Li Lolghi en Arzachena y S’Ena ‘e Thomes, en Dorgali, son obra de los fotógrafos Ascanio Saddi, Marco Cocco y Giovanni Sotgiu, respectivamente.

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