Pensándolo bien, la piedra es quizá el elemento que más caracteriza el entorno de la isla y que, hundiendo sus raíces en lo más profundo de la tierra, la hace estable y segura. A menudo tallada en las formas más extrañas por el cincel infalible de la naturaleza, otras veces hábilmente modelada por la mano humana para erigir torres poderosas y sólidas, como la que guarda la frontera montañosa entre los territorios de Domus de Maria y Teulada.
En el interior del nuraghe ‘Sa Perdaia’, lejos del bullicio de las playas y rodeado de enormes rocas hábilmente escuadradas y superpuestas por nuestros antepasados, sólo un zumbido casi imperceptible se superpone al silencio que rodea a este imponente guardián de la historia.
Las fotos del nuraghe son de Andrea Mura-Nuragando Sardegna.








