Luxia es un personaje mítico femenino de la tradición narrativa sarda, vinculado a los argumentos más variados, aunque su presencia se hace sentir con más fuerza cuando se trata de petrificaciones punitivas.
Se habla de ella en toda Cerdeña, con los nombres más diversos; puede ser Orgìa o Giorgìa, pero también Giolizia, Gorgia, Jorgia, Zorza y Luxia, Lughia, Lucia.
Fuente: Contus Antigus
Su nombre se combina a menudo con el epíteto «rajosa», que especifica claramente su temperamento particular.
En Esterzili, hay un templo nurágico ‘in antis’ dedicado a ella (el templo de Orgia u Orgia Rajosa), retratado aquí en las tomas de Giovanni Sotgiu.
Pero también «en el territorio de Noragugume, cerca de la orilla derecha del Tirso, se puede ver otra piedra aislada, pero más alta, a la que se da el nombre de Giorgia Rajosa». El arqueólogo Paolo Melis cuenta que fue con estas palabras con las que Lamarmora, en 1840, informó por primera vez del menhir de Noragugume, ilustrándolo también en el Atlas de su ‘Voyage en Sardaigne’.
Fuente: I Tesori dell’archeologia, ed. Carlo Delfino 2011.
Este menhir, también denominado «Sa preda ‘e su Taleri», recuerda, en las tomas de Nicola Castangia, Giovanni Sotgiu y Sergio Melis, una gran y poderosa «antena» de piedra que podría compararse a un vínculo entre el mundo terrenal y el universo inexplorado.
Todo esto me trae a la memoria un pasaje de los ‘brebus de vida de sa nuraxia’ (las reglas de vida de la nurageología) donde está escrito que ‘In is sàrtus de Sardinnia regnàda su silentziu et pro cussu si prestada a intendi is oghes mudas chi arrìbanta de ognia mundu lontanu’. Trad. «En el campo de Cerdeña reina el silencio y esto permite oír las voces apagadas que llegan de todos los mundos lejanos«.








