<<No hay manantial que emerja de las rocas de la “Giara” di Serri. El extremadamente duro basalto del flujo de lava, que se extendió horizontalmente como una inmensa alfombra sobre las margas terciarias subyacentes, no tiene manantiales, ni permite que el agua de lluvia se filtre, que se acumula y permanece durante días y días en los pequeños y grandes basins naturales de la superficie impermeable. Estos depósitos de agua, donde hoy todavía los rebaños son abastecidos por los pastores, debieron haber sido utilizados más ampliamente en tiempos antiguos. De hecho, cualquier agua, ya sea que brotase de la tierra o cayese del cielo, era providencial para el primitivo sardo. El agua de lluvia en invierno, afirma además Solinus, se conserva para la escasez del verano, recolectándola en reservorios especiales, donde faltan manantiales. Y así como servía para los mismos usos prácticos y proveía para las mismas necesidades, también ciertas aguas de origen celestial y otras aguas que emergen de las entrañas de la tierra tenían las mismas virtudes…>>
Raffaele Pettazzoni: “la Religione Primitiva in Sardegna” (1912), Reedición editada por Carlo Delfino – 1993.
En las imágenes, los pozos y manantiales sagrados de: “S.Vittoria” di Serri (Valentino Selis y Cinzia Olias); “Is Pirois” di Villaputzu (Andrea Mura-Nuragando Sardegna); “Funtana Crobetta” di Silius (Sergio Melis); “Milis” di Golfo Aranci (Giovanni Sotgiu); “Sa Testa” di Olbia (Andrea Vitussi).