La entrada a la torre nurágica suele realizarse a través de una única puerta, siempre accesible desde el nivel del suelo y ligeramente elevada, pero hecha fácilmente accesible por algunos escalones. La construcción de la entrada, ejecutada con gran cuidado, constituía la sección arquitectónicamente más notable del muro exterior: casi con toda seguridad, fue aquí donde se colocaron las “primeras piedras” del edificio, y el resto de la fábrica de la muralla se adaptó a ella.
Se prestó especial atención a la realización del dintel y las piedras de los jambajes sobre las que debía descansar. La piedra del dintel, siempre maciza, a menudo era arqueada para distribuir lateralmente el peso de las paredes superiores; en otros casos, se tallaba en la parte inferior para ampliar la luz de la entrada, y a veces, en el lado interior, podía presentar un hueco para la puerta. El dintel está generalmente rematado por un espacio creado entre las dos piedras de la hilada superior, que funciona como una ventana de descarga, que a veces está coronada por una apertura de descarga adicional, demostrando cómo el pueblo nurágico entendía bien las críticas de la parte frontal del edificio cuya estabilidad se veía comprometida por la presencia de la puerta. La cuestión del cierre de la entrada permanece sustancialmente sin resolver; se puede concebir una puerta de madera, que probablemente solo se apoyaba contra el marco de la puerta desde el interior: de hecho, nunca se han encontrado bisagras, y la presencia de hojas de puerta ásperas es bastante rara, mientras que un cierto estrechamiento de la entrada en comparación con el pasillo trasero es común. La hipótesis de un cierre mediante una losa de piedra, que también se ha propuesto, no es en absoluto factible, así como la tesis de que las puertas de madera podrían bajarse desde arriba con cuerdas, utilizando los conductos que se abrían en el techo detrás de la entrada en un número muy limitado de nuraghi, y que estaban en comunicación con habitaciones superiores (…). En cambio, en algunos nuraghi, se puede observar un ligero ensanchamiento del pasillo inmediatamente después de la entrada, que podría haber servido como espacios para permitir el movimiento oscilante horizontal de una puerta.
(Paolo Melis “La Sardegna Nuragica – Storia e Monumenti”)
Adjunto, los nuraghi: Orolo di Bortigali (ph. Maurizio Cossu); S’Ortali ‘e su Monte di Tortolì (ph. Nicola Castangia); Ponte o Pontes di Dualchi e Corvos di Florinas (ph. Francesca Cossu); La Prisgiona di Arzachena e Bardacolo di Sorgono (ph. Marco Cocco); San Pietro di Torpè (ph. Romano Stangherlin); Su Nuraxi o Coccone o Sa Parrocchia di Siurgus Donigala (ph. Sergio Melis).