El evento de la luz a través de los foros apicales de algunos nuraghi ha sido descrito en un artículo que apareció hace tiempo en Lacanas.it, que menciona los estudios reportados en el libro “La luz del toro” (G.R.S Grupo Ricerche Sardegna, PTM 2011). En el artículo se lee entre otras cosas que tal evento “se verifica cuando el sol, en los días del solsticio de verano, alcanza una determinada altura. En este día particular es posible admirar uno de los eventos más asombrosos que animan estas antiguas torres. Un delgado rayo de luz penetra a través del agujero hecho por los antiguos constructores en la cima de la cúpula construida dentro del nuraghe. Dicho rayo atraviesa toda la amplísima bóveda y va a iluminar (si está presente) la nicho en la sala, o la base de la cámara (Is Paras di Isili). Un evento similar ocurre también en el Panteón (templo de todos los dioses) de Roma, donde tal evento, siempre ante los ojos de todos, ha sido relacionado con una espectacularización del fenómeno, aprovechado para iluminar al emperador en una ceremonia particular en una fecha precisa, para demostrar aún más su “poder divino” (Il Fatto Storico, 23-08-2011 “¿El Panteón era un reloj de sol romano?”).En el nuraghe Ruju de Torralba ”…el evento se ha materializado puntualmente, según lo que hemos hipotetizado, de manera totalmente similar al Nuraghe Aiga de Abbasanta. Sorprenden las grandes similitudes constructivas entre dos nuraghi tan distantes entre sí, así como el hecho de que el evento se reproduzca de manera absolutamente idéntica.Esattamente come al nuraghe Aiga infatti, el corredor de entrada del Nuraghe Ruju está orientado al alba del solsticio de invierno. Similitudes demasiado grandes para ser meras coincidencias. Es innegable, sin embargo, que el fenómeno que allí se produce es absolutamente intencionado. Fue en las intenciones de los antiguos constructores desarrollar un prolongamiento definido técnicamente como linterna (un tragaluz) para superar el grosor de la terraza y alcanzar su plano de pisoteo, y de este modo poder cerrar la abertura.Esta condición, absolutamente singular, tiene como única finalidad la de poder remover libremente la piedra apical para permitir la ocurrencia del evento solar…” Las fotos del nuraghe Ruju de Torralba son de Giovanni Sotgiu y de Nuragando. Las del nuraghe Aiga de Abbasanta son de Marco Cocco.