En Ogliastra, en el centro-este de Cerdeña, se alza una gran «ciudadela» nurágica con una larga historia, rodeada de bellos paisajes naturales.
Se alza a los pies del Gennargentu, a unos 1.200 metros de altitud, imponiéndose como uno de los asentamientos de la Edad de Bronce «más altos» de Cerdeña, y los vestigios del pueblo circundante cuentan una historia cargada de leyendas. Las Ruinas Nuraghe están «inmersas» en el paisaje montañoso de Arzana, no lejos de bosques, cascadas y manantiales.
Orruinas -como lo llaman los habitantes de Arzana- debió de ser un asentamiento de especial importancia: además del nuraghe, cuenta con una tumba de Gigantes, (tal vez) un pozo sagrado y, sobre todo, un vasto poblado del que hoy quedan unas 200 cabañas, pero se supone que originalmente eran muchas más.
El nuraghe tiene una disposición trilobulada, el torreón conserva una altura de unos 8,5 metros y la cámara principal conserva su techo de tholos, mientras que a la izquierda de la entrada se encuentra la escalera que conducía a la cámara superior, hoy derruida.
Las torres laterales muestran signos de reconstrucciones: en una de ellas, la cámara principal fue «sacrificada» para permitir la construcción de un muro de cierre, dejando a salvo una pequeña sala, desde la que una escalera conducía tanto al piso superior como a una pasarela en el muro cortina que conectaba dos torres. Entre el bastión y la torre del homenaje se encuentra el patio, de planta irregular.Alrededor del nuraghe se extendía el poblado, con estructuras principalmente circulares y un edificio rectangular, que algunos interpretan como una cabaña de reunión, dadas sus considerables dimensiones, veinte metros por treinta. A unos cientos de metros al norte del nuraghe se encuentran los restos de la emblemática Tumba de los Gigantes. El asentamiento ha proporcionado numerosos objetos, entre ellos una estatuilla de bronce de 12 centímetros de altura con los brazos extendidos hacia delante.
Algunos hallazgos se han datado en la Edad Imperial, lo que atestigua una continuidad de frecuentación que se remonta al menos a tiempos históricos, quizá incluso a la Edad Media. Una leyenda está vinculada a la aldea de Ruinas: se dice que existió hasta principios del siglo XV, para ser abandonada a causa de una epidemia de peste. Sus habitantes habrían encontrado refugio en Arzana, en el distrito de Preda ‘e Maore, por lo que el territorio en el que se encuentra el yacimiento, a más de 30 kilómetros de la ciudad, habría sido «reclamado» por el pueblo de Ogliastra.
Visitar Orruinas es una oportunidad para combinar arqueología y actividades al aire libre: desde el yacimiento parte una ruta de senderismo de unos siete kilómetros que se dirige hacia el norte, hasta Punta la Marmora, la cima del Gennargentu y el pico más alto de Cerdeña. Por el camino, observará antiguos apriscos y animales en libertad, hasta liberar su mirada a paisajes espectaculares y disfrutar de un panorama único.
Fuente: Turismo de Cerdeña.
Las fotos del sitio Ruinas nuragic son de Andrea Mura-Nuragando Sardegna, Gianni Sirigu, Giovanni Sotgiu y Sardegna che Passione.











