A los pies de un relieve en Sulcis, en el suroeste de Cerdeña, hay una fuente sagrada, escondida entre los árboles, que se diferencia de las demás por ciertas características
Sus peculiaridades constructivas son un misterio: no está claro si se hicieron deliberadamente o si algún secreto está aún por desvelar en futuras campañas de excavación.El pozo sagrado de Tattinu (Nuxis) se alza en medio de los bosques y extensiones de asfódelos de la localidad del mismo nombre, en las laderas del monte Tamara, en el territorio de Nuxis, una pequeña ciudad de la región del Sulcis, salpicada de testimonios del pasado. La primera y más evidente singularidad con respecto a los pozos sagrados nurágicos «canónicos» es la aparente ausencia de vestíbulo y de cualquier otra estructura visible. La escalera, de 28 peldaños, forma con la cámara de agua un vacío rectangular de algo más de ocho metros de largo y algo más de un metro de ancho.
El pozo propiamente dicho tiene una sección «en forma de botella» de planta elíptica, lo que también es inusual. Tiene unos cinco metros de altura y está cubierto con un techo de tholos. Para su construcción se utilizaron bloques de piedra caliza con guijarros insertados. Tal vez debido al hundimiento, la estructura se reforzó posteriormente con la adición de un doble dintel.
Los artefactos hallados, todos de cerámica -ollae globoides y ovoides, vasos con asas de codo invertidas, cuencos y escudillas- permitieron datar el yacimiento en la Edad del Bronce Final (siglos XII-X a.C.). Conectado a la zona sagrada, un poco más al sur, se alzaba el poblado: hay vestigios de estructuras circulares, ovales y mixtas, mientras que al sureste del núcleo se conserva un tramo de muralla.
Fuente: Cerdeña Turismo.
Las fotos del pozo sagrado de Tattinu son de Nicola Castangia, Lucia Corda y Bibi Pinna.






