El nuraghe Sisini se encuentra cerca de la aldea homónima de Senorbì. El lingüista Salvatore Dedola deriva su nombre de She Sinay, “el de Sinaí”, un antiguo título divino de Yahwé, que otros asocian con el dios lunar sumerio Sin. El monumento puede considerarse un “unicum” en el paisaje del megalitismo insular, especialmente por su original perfil planimétrico. Es uno de los muchos testimonios de tiempos pasados que ha sobrevivido, hasta ahora, en digna soledad, a la indiferencia de los hombres, elevándose en medio de una vasta llanura que desciende suavemente por las suaves pendientes de las colinas circundantes de Trexenta. Si miramos a nuestro alrededor, la impresión es la de estar dentro de un gigantesco rompecabezas, entre una miríada de piedras con formas extrañas, algunas de las cuales presentan marcas que imaginamos fueron dejadas por antiguos canteros; y nos gusta pensar que es el solitario nuraghe el que guía el juego, desafiándonos a descubrir los secretos de su misterioso pasado. Las fotos del nuraghe Sisini son de: Bibi Pinna, Marco Cocco, Francesca Cossu, Nicola Barbicha Tornello y Sergio Melis.