“Este pico se llama Monte Urticu, y desde allí podría haber visto muchas de mis otras señales colocadas en las diferentes cumbres de la parte central de la Isla y sabiendo que en Monte Entu habrían permanecido ocultas en cambio, fue precisamente en ese punto donde instalé una gran señal, de la cual probablemente algunos restos aún existan.
Basta decir que desde aquí distinguí al noroeste la isla de Asinara y al sureste la torre de San Pancrazio en Cagliari y la península de Sant’Elia; entre este lugar y Asinara hay una distancia que supera los 108 kilómetros en línea recta, mientras que la torre de San Pancrazio está a 120 kilómetros de distancia.”
Así escribió Alberto La Marmora en su “Voyage en Sardaigne,” después de colocar una señal trigonométrica en la cima de Monte Urtigu, el pico más alto (1050 m.) del macizo de Montiferru, que a su vez se extiende sobre unos 700 kilómetros cuadrados.
La presencia de abundantes manantiales, debido en particular a la conformación geológica de la montaña y las fisuras que permiten la alimentación de grandes cuencas subterráneas y abundantes acuíferos, es sin duda una de las razones que había llevado a una fuerte antropización del territorio desde la Edad del Bronce, confirmada por la existencia de un número extraordinariamente alto de nuraghi.
La presencia de minerales de hierro podría ser otra de las razones que habían causado la proliferación de asentamientos humanos, pero esta hipótesis aún plantea muchas preguntas y divide a quienes apoyan y a quienes niegan la hipótesis del uso del hierro durante el período nurágico.
No teniendo una experiencia específica en este asunto, pongo una “x” y evito expresarme sobre el tema; sin embargo, me limito a observar la existencia de un número considerable de nuraghi que custodian varios cursos de agua presentes en el territorio, incluido el rio Mannu, que fluye cerca de Punta Foghe.
La atención prestada a este río sugiere que en su momento fue utilizado para el transporte de producciones locales al punto de embarque ubicado en Punta Foghe, que también estaba custodiado por un nuraghe.
Entre los muchos nuraghi, el Nuracale y Abbauddi de Scano Montiferro son quizás los que más caracterizan la cuenca del rio Mannu, pero también es cierto que en el compendio de Montiferru y en los territorios circundantes, hay numerosas estructuras nurágicas, muchas de las cuales están cerca de este curso de agua, que en un pasado distante debieron haber jugado un papel primordial en el contexto territorial.
Las fotos del nuraghe Nuracale son de Diversamente Sardi y Gianni Sirigu. Las del nuraghe Abbauddi son de Bibi Pinna y Gianni Sirigu. La foto panorámica tomada desde Monte Urtigu es de Sardegna Digital Library.”