El perfil planimétrico del pozo templo de Santa Cristina, en Paulilatino, que según una interpretación fascinante e igualmente razonable simboliza una vulva, entendida como una fuente de vida, se repite en otros monumentos conectados al culto del agua, como en los pozos sagrados de Santa Vittoria en Serri y Coni en Nuragus, en el de Funtana Coberta en Ballao, e incluso en la planimetría del llamado Nuraghe Sisini, ubicado en la aldea homónima de Senorbì, que podría revelarse como otro gran monumento conectado al antiguo culto del agua. Esta forma también es comparable, ya sea accidentalmente o no, a la del colgante “menat”, adoptado como símbolo por Hator, la diosa egipcia de la amor, alegría y placer (el colgante menat también fue llevado alrededor del cuello por el gran visir Imothep y, además, por cierto, en la escritura jeroglífica el nombre de la diosa Hator significaba “casa de Horus” y se escribía “hwt-hrw” con una pronunciación similar a “hutheru”). También es interesante observar la analogía similar con el ankh egipcio (vida/el aliento vital) y con el emblema de Tanit, la diosa fenicia de la fertilidad y el amor. Todos símbolos conectados a la esfera sexual, a la fertilidad, y por extensión a ese concepto de renacimiento o regeneración de la vida que informaba la espiritualidad de los antiguos sardos y encuentra su representación material en las diversas expresiones monumentales, comenzando desde las domus de janas neolíticas, continuando a través de menhires, nuraghi, tumbas de gigantes y pozos sagrados.
Las fotos de los pozos sagrados de Santa Cristina en Paulilatino, Santa Vittoria en Serri, Coni en Nuragus y Funtana Coberta en Ballao son respectivamente de Diversamente Sardi, Bibi Pinna, Francesca Cossu y Andrea Mura-Nuragando Sardegna. El Nuraghe Sisini en Senorbì es capturado en una toma por Maurizio Cossu.