“Sardara y Perfugas son las únicas que albergan los restos de un templo de pozo en el centro de su localidad: pero el área arqueológica de Santa Anastasìa en Sardara es la única que tiene nada menos que cuatro pozos nurágicos. El gran e impresionante pozo sagrado se encuentra en el centro de un vasto complejo nurágico, sobre el cual se levantan principalmente las casas del pueblo. Alimentado por un fuerte manantial, era conocido por todos como “sa funtana de is dolus,” la fuente de las penas. Considerado por los sardaresi como agua con poderes milagrosos, siempre se ha creído que tiene la capacidad de curar muchos males debido a su influencia mágica y curativa. En 1913, el arqueólogo Antonio Taramelli comenzó a excavar alrededor de la iglesia de Santa Anastasìa: durante más de un año continuó su investigación, y finalmente se descubrió el pozo sagrado, completamente construido con piedras sin trabajar, intocadas por el hierro. A diferencia de Santa Vittoria di Serri y Santa Cristina di Paulilatino, que fueron construidas con piedras bien cuadradas, el pozo sagrado de Sant’Anastasìa, en su arcaicidad, transmite una mayor sugestión al visitante. El pozo votivo dentro de la iglesia produjo una gran cantidad de recipientes de varias formas y de gran valor científico, expuestos en el museo de “Villa Abbas.” Durante las excavaciones de la década de 1980, realizadas en las chozas del área sagrada por el Dr. Giovanni Ugas, se descubrieron varios cientos de kilos de pan de plomo, una jarra con alrededor de cuarenta objetos de bronce, y tres hermosos lavabos, también de bronce. Tres milenios de historia alrededor de este rico manantial, a solo 150 metros río abajo de “Sa Costa”: aguas sagradas y votivas hace tres mil años, curativas y mágicas hasta el día de hoy.” (“L’Acqua di Sardara” editado por el Municipio de Sardara – año 2014).

Las fotos del templo del pozo nurágico de Santa Anastasìa en Sardara son de Bibi Pinna y Francesca Cossu. Las del templo del pozo Predio Canopoli en Perfugas son de Bibi Pinna, Sergio Melis y Marco Cocco.